VASOS Y TAZAS

En nuestro taller, cada taza comienza como un puñado de barro crudo. No hay moldes industriales, ni producción en serie. Solo manos, tiempo y fuego. Aquí, la cerámica se trabaja como se hacía antes: lentamente, con respeto por el material y con la intención de crear algo único.

El proceso es íntimo y meticuloso:

Modelado a mano: Cada pieza se forma manualmente, lo que le da carácter y pequeñas imperfecciones que la hacen irrepetible.

Secado natural: Dejamos que el barro respire y se seque al ritmo del ambiente, sin prisas ni atajos.

Primera cocción (bizcochado): A más de 900 °C, la pieza se transforma en cerámica, lista para recibir el esmalte.

Esmaltado artístico: Aplicamos esmaltes que hemos desarrollado con cuidado, buscando texturas, colores y acabados que dialoguen con la forma.

Segunda cocción: A temperaturas que superan los 1000 °C, el fuego termina la obra, fijando el esmalte y revelando la personalidad de cada taza.

Cada pieza que sale del horno lleva consigo horas de trabajo, decisiones conscientes y una parte de nuestra historia. No hacemos cerámica para llenar estanterías: la hacemos para acompañarte en tus momentos cotidianos, para que cada sorbo tenga un poco de arte.